Hablar con otros libera el peso del sufrimiento

La complejidad de la vida nos hace en algunos momentos, vulnerables y perdemos el sentido de lo que hastaahora nos ha guiado en el camino. No es un problema concreto, es un todo, tenemos los sentimientos a flor de piel y lo que en otro momento superaríamos sin darle tanta importancia hoy nos desborda y nos debilita. No encontramos la forma de superar ciertas situaciones y caemos en la frustración. 

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Somos seres por defecto, emocionales. Un pequeño enfado con nuestra pareja, la preocupación por nuestros hijos en un momento determinado, la presión en el trabajo por entregar a tiempo una planificación, la enfermedad de un familiar, nuestra situación económica, un mal entendido con un amigo, la pérdida de alguien importante, el no sentirte bien contigo mismo, sentir que has fallado a alguien, sentir que te estas fallando a ti mismo, de repente ya no compartes las mismas inquietudes con tus amigos y te sientes solo…todas estas son situaciones que pueden desencadenar en nosotros un desequilibrio emocional,  que a veces se hace difícil de digerir y es en estos momentos cuando podemos sentirnos perdidos y vulnerables. Sentiremos, pena, rabia, tristeza, inquietud, angustia, ansiedad… y la pregunta es ¿por qué? 

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Todos queremos sentirnos alegres, contentos, reírnos y lo más importante todos queremos la palabra mágica, Felicidad. Y cuando pensamos en la palabra felicidad no nos damos cuenta de que es un concepto subjetivo y lo que a alguien puede hacerle feliz a otra persona puede provocar tristeza. La felicidad tiene más que ver con la personalidad de cada uno, con su actitud y con su manera de afrontar aquello que le está pasando, que con un problema o dificultad en concreto.

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Por tanto, podemos decir que No existe una fórmula mágica y concreta a la que acudir para solventar cada una de estas situaciones que tanto nos preocupan y entristecen para así evitarnos el sufrimiento. Debemos identificar y aceptar lo que nos ocurre. De manera natural la vida nos tiene que haber dotado de ciertos aprendizajes que nos ayudan a superar estas circunstancias. Si no es así, debemos buscar nuevas herramientas que nos doten de las fuerzas adecuadas para poder revertir algunas situaciones y aceptar otras que no tienen remedio, porque la vida es difícil para todos, para todos. 

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Una de estas herramientas es la de hablar con alguien, explicar tus preocupaciones, sentir que no vas a ser juzgado. Hablar te ayuda a analizar, te dota de la capacidad de ver la vida desde otra perspectiva. Hablar de lo que nos duele, de lo que nos preocupa, libera y modifica el peso del sufrimiento. Hablar transforma nuestras preocupaciones en un suspiro de alivio y es durante este proceso cuando nuestro corazón encuentra consuelo en lo que se denomina el abrazo invisible. Hablar con alguien, es el principio de una sanación natural, liberas las emociones que bloquean la mente y de esta manera elevas los niveles de oxitocina y endorfinas, dos hormonas que sin duda alguna te ayudarán a sentirte mejor.

Habla con alguien que te escuche, habla con nosotros, busca tu Lisener.

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 Olga Gálvez