Menopausia: una etapa para reinventarse

Con el fin de la menstruación, la mujer enfoca su energía hacia sí misma, explorando caminos nuevos sin dejar de seguir creando

La menopausia marca el inicio de otro ciclo en la vida de una mujer. La retirada de la regla sería la señal más inequívoca y representaría el final de la etapa fértil. Nuestra cultura exagera sus síntomas y magnifica los inconvenientes. Actualmente los productos para la mujer se enfocan en fórmulas para alargar la juventud y la publicidad plantea el hacerse mayor como algo negativo. Las cremas antiarrugas, los productos antienvejecimiento, la medicación para paliar los sofocos … sorprende el discurso degradante de la menopausia tratada como si fuera una enfermedad en lugar de como un proceso femenino natural. La mayoría de las mujeres sienten que es el fin de su vida como mujer real, puesto que la mujer mayor es invisible en nuestra sociedad. La voz de la mujer menopáusica es temida o negada por eso se le anima a continuar siendo joven.

La mujer que oye este mensaje desconsiderado, pasa por un duelo donde se despide de lo que significa ser joven, fértil y madre de niños pequeños. Después descubrirá que ser mujer tiene continuidad puesto que hay muchas otras facetas que se le irán revelando.

Tras esa despedida de lo que se valora en el mundo superficial, la mujer que empieza a vivir con plenitud esta etapa se descubre a sí misma como la que representa la sabiduría, el poder y la libertad. Muchas se quedarán en el camino, como la mayoría de las actrices de Hollywood que destrozan su aspecto físico, con operaciones estéticas y bótox. Unas pocas, en cambio, como Meryl Streep, Susan Sarandon, Diane Keaton, o Juliane Moore asumen su edad y están pletóricas …

Pero la menopausia no es solo un baile de hormonas descontroladas, los estudios revelan que la transformación hormonal produce que el cerebro sufra nuevas conexiones produciendo cambios como en la adolescencia. Antes de la menopausia, las hormonas reproductivas mantienen a la mujer enfocada en las necesidades y sentimientos de los demás, después, con el fin de la menstruación, la mujer enfoca su energía hacia sí misma, explorando caminos nuevos y centrándose más en sus propias necesidades.

Una encuesta de la North American Menopause Society, demostró que más de la mitad de las mujeres americanas entre cincuenta y sesenta y cinco años se sentían más felices y satisfechas en esta etapa de la vida. Para conseguirlo tienen que liberarse de la complacencia hacia los demás y no caer en la trampa de la tiranía de la juventud eterna. El desafío implica encontrar el camino de descubrir la belleza interior y lograr ser ellas mismas. Existen muchas películas que ilustran esta actitud, en Tomates verdes fritos, Los puentes de Madison, Mamma Mia, Cuando menos te lo esperas… En todas ellas las protagonistas se enfrentan a las situaciones que la mujer debe afrontar en esta fase. El nido vacío cuando los hijos abandonan el hogar, el cambio de necesidades en la relación de pareja tras la jubilación, la reconquista de la pareja desarrollando nuevas habilidades de seducción, la aceptación de los cambios corporales y el trabajo de autoestima para apreciar la nueva realidad corporal, el egoísmo sano de reclamar los derechos y las necesidades propias y una sexualidad centrada más en el afecto y la sensualidad que en la genitalidad.

Hoy en día la esperanza de vida en la mujer es de ochenta y cinco años, así que de media viviremos treinta o cuarenta años más después de la menopausia. La información que hemos heredado culturalmente sobre esta etapa, proviene de unas antepasadas que tenían una esperanza de vida mucho más baja. Por ello la menopausia es relativamente una fase nueva en la mujer, ya no se trata de mujeres delicadas y cercanas al final de sus días, es verdad que tampoco disponen de la energía de la mujer durante la crianza de los hijos, pero sí tiene la suficiente como para centrarse en ellas mismas y disfrutar de la vida. Por ello la visión convencional de la menopausia como una transición que anuncia «el principio del fin» ya es una versión antigua de la realidad que tiene que renovarse.

Jean Shinoda Bolen analista junguiana aporta una perspectiva distinta al mensaje habitual, la menopausia como lugar de llegada. Ella lo define como una época de culminación para la belleza interior y la sabiduría.

Cada etapa en la vida de una mujer tiene una energía diferente y es importante saber vivir en sintonía a la edad a la que perteneces, por ello hacerse mayor es celebrar un viaje de crecimiento interior. A los veinte, descubres, tienes ilusión, capacidad de jugar, divertirte, estrenar lo nuevo, tienes el poder de los inicios. Si tienes treinta años disfrutas de la entrega a los tuyos, de la energía, de crear hacia fuera, construir ideas, familia, proyectos… A los cuarenta empiezas a darte cuenta de las cualidades y potencialidades que se encuentran dentro de ti… a partir de ese momento y con la llegada de la menopausia a los cincuenta, descubres tu poder personal y a partir de los sesenta puedes convertirte en alguien increíble que saborea el lado bueno de la vida.

Carla Pérez Martí

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